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Descubriendo el Verdadero Valor en los Coleccionables: Coleccionabilidad Orgánica vs. Escasez Producida en Masa

Existen dos términos fundamentales dentro del coleccionismo. Si no conoces la diferencia entre ellos, lo más probable es que acabes perdiendo dinero (si eres alguien que compra con la idea de vender en un futuro) o pagando de más por tus colecciones.

Hablo de los términos “coleccionabilidad orgánica” y “escasez producida en masa”.

Y es que buscar la “coleccionabilidad orgánica” acompañada de “rareza absoluta” (algo que ha sido producido de manera escasa y limitada), en lugar de “rareza absoluta” basada en la “escasez producida en masa”, es la clave para crear una colección que atesore valor con el paso del tiempo. 

Para que seas capaz de entender esto, empecemos primero por definir ambos conceptos y luego relacionémoslos con Pokémon TCG y veamos algunos ejemplos.

Los Conceptos

La coleccionabilidad orgánica surge en objetos que, con el tiempo, atraen a los coleccionistas, pero que no se crearon para ser coleccionados… sino para ser utilizados.

Es el caso de, por ejemplo, los primeros cómics, las primeras ediciones de Magic The Gathering y Pokémon TCG, o los primeros videojuegos. 

Nadie abrió en el año 93 un Black Lotus de Alpha (Magic The Gathering) y dijo: “voy a guardarlo en perfecto estado porque dentro de 25 años valdrá medio millón de dólares”. A nadie le importaba Magic…

Lo mismo pasaba con Pokémon TCG. Cuando abrías un Charizard, niños, como yo, los jugábamos en el patio del colegio sin fundas. Se crearon para eso, para jugar. Y así hacíamos la mayoría.

En los años 50, los cómics se compraban para leer y tirar. Es así como la escasez natural que esto produce, acompañada por el deseo de los coleccionistas que va surgiendo con el paso del tiempo, el éxito de ciertos personajes o franquicias por los que nadie apostaría al principio, y la nostalgia, consiguen que un cómic que costaba 10 centavos de dólar como Action Comics nº1 (1938), la primera aparición de Superman, se vendiese en Abril de 2010 por 1.5 millones de dólares (este no es su récord). 

Action Comics No.1 – La primera aparición de Super Man

Así es como un Base Set Charizard 1st en PSA 10 alcanza precios tan desorbitados, o, por hablar de algo menos conocido entre coleccionistas que recién empiezan, piezas como un Magikarp University o un Snap Koffing se pueden ir por encima de los 50.000 dólares. Ningún ganador de estas dos últimas cartas, las atesoró sabiendo que podrían llegar a tener un valor semejante algún día… muchas se perdieron de vista y se han perdido para siempre.

Tal y como pasó con Action Comics nº1, del cual se imprimieron 130.000 pero solo permanecen unas 100 en la actualidad…

El deseo por un objeto con coleccionabilidad orgánica, surge de forma natural sobre algo a lo que nadie prestaba atención en un principio como coleccionable. Es una característica que otorga el mercado a algo que aflora de los deseos y preferencias de los coleccionistas conforme va pasando el tiempo.

Por otro lado tenemos la escasez producida en masa.

Cuando un objeto cae dentro de esta categoría, es porque cuando se produce y se pone a la venta, la gente lo adquiere directamente para coleccionarlo. Desde el primer momento lo guarda en perfectas condiciones y son productos que, por lo general, nunca se pierden o deterioran.

Este tipo de producto se produce masivamente, pero se promociona como un producto limitado. Pese a que esta limitación es real… es tan abundante que, si vas a buscarlo al mercado, siempre encontrarás copias que comprar. Lo que se traduce en que, realmente, de escaso/raro no tiene nada.

Ejemplos pueden ser los Funkos, que nadie saca de la caja y conserva en perfecto estado, o los TCG modernos con los que ya casi nadie juega, sino que sólo colecciona y guarda en fundas nada más salir del sobre.

Colección de Funko Pop

Al producirse masivamente pero de forma limitada, se crea con ellos una falsa sensación de escasez. Su valor está sujeto a los grandes cambios de demanda, ya que su coleccionabilidad no ha surgido de forma natural, lo que los convierte en artículos de alto riesgo para quienes especulan o invierten con ellos.

Las cartas serializadas serían la escasez producida en masa llevada al extremo. Son herramientas de marketing llevadas a cabo por empresas que, basándose en la codicia del consumidor y el hype que este tipo de artículos producen, saben que las cajas de sobres se venderán a la velocidad del rayo y a precios inflados.

En los TCG deportivos, este concepto lleva exprimiendose durante años. Pero tenemos reciente un ejemplo muy notorio, el de “El Anillo Único”.

Una prueba desesperada de Magic The Gathering para levantar el vuelo y atraer a un público con el que nunca ha contado, el de los coleccionistas (más acerca de este tema en este otro artículo). Y que, hay que reconocer, parece que ha funcionado en cierta medida, por lo menos en lo que a ventas y ruido se refiere. 

Y aquí viene la parte irracional… 

Si no vives debajo de una piedra, seguramente te hayas enterado de que Post Malone ha comprado esta carta por 2.6 millones de dólares.

Pero, ¿de verdad estamos otorgándole valor a una carta que se ha impreso expresamente para este fin? ¿De verdad estamos dándole más de cinco veces el valor de lo que costaría un Black Lotus de Alpha con gradeo alto?

No deberíamos, pero este es el mercado de los TCG hoy en día. Una locura sin sentido que infla sobremanera los bolsillos de las empresas que los producen, las casas de subastas y las empresas de gradeo… a costa de las carteras del coleccionista promedio.

Cartas como esta siempre gozarán de un premium en el mercado debido a la especulación. Y pese a que no tiene sentido que valgan más que lo más top dentro del hobby y que realmente tiene coleccionabilidad orgánica, la gente siempre le otorgará un valor añadido que no merece, pese a ser puras herramientas de marketing.

¿Pero cómo llegamos hasta este punto? ¿En qué momento un hobby, como es el caso de Pokémon TCG, pierde la coleccionabilidad orgánica en sus productos?

Para ver un ejemplo, solo hay que recurrir a la historia de los coleccionables…

La Transición

Hubo un tiempo a principios de los 90‘, justo después del estreno de la primera película de Batman que removió los recuerdos y conciencias del público, en el cual la gente empezó a darse cuenta de que los cómics antiguos de superhéroes se estaban vendiendo por decenas de miles de dólares y empezaron a mirar hacia ese mercado.

Las editoriales empezaron a relanzar a sus personajes más populares, digamos Spiderman nº1, en 5 o 6 versiones distintas, pensando en que los coleccionistas querrían todas ellas. Esto resultó en un boom especulativo.

Versiones para coleccionistas de Spider-Man #1 de 1990

La gente empezó a comprar todo este producto impreso en masa, pensando en que podría venderlo en 30 años para costearse una jubilación temprana.

Poco después, explotó la burbuja y la gente se quedó con nada más que cómics sobre producidos y sin valor alguno. Esto casi llevó a la quiebra a Marvel Comics, que pasó por el peor momento de su historia.

La industria del cómic tuvo una lenta recuperación. Eso sí, pese al crash, los comic vintage siempre prevalecieron fuertes.

Con Pokémon pasó algo parecido en julio de 2016, con la llegada de Pokémon Go. Mucha gente volvió a mirar a un hobby que había estado en letargo durante años, y se dio cuenta de que había cartas que valían dinero…

Esto llevó a la gente a rebuscar por sus casas y encontrar esos carpesanos que guardaba de cuando eran niños y atrajo a multitud de especuladores… a lo que The Pokémon Company respondió con una impresión masiva de “Evolutions” en noviembre de 2016, de 1500 millones de cartas. Algo sin precedentes hasta la fecha.

Se vio obligada a soltar el pie del acelerador tras una caída en la demanda, volviendo a acelerar tras el boom del 2020. A día de hoy imprimir esa cantidad de cartas se ha vuelto algo normal, con más de 18 billones de cartas impresas en los dos últimos años para abastecer la demanda actual.

Leyendo esto, ¿eres capaz de ver en qué punto las cartas pasan de tener coleccionabilidad orgánica a ser artículos de “escasez producida en masa”?

Pokémon TCG tiene un antes y un después

Las cartas de Pokémon TCG pre Pokémon Go, son distintas a las que vinieron después, terminando la transformación tras el boom de 2020. La especulación (a la cual la compañía respondió y responde con la impresión adecuada) trajo al hobby diversas burbujas especulativas que surgen en distintas partes del mismo, y que siguen apareciendo a día de hoy.

Pikachu Jungle 1st PSA 10

Ejemplos van desde los comunes Eevee y Pikachu Jungle 1st PSA 10 a 1000 dólares (hoy por debajo de los 150$), hasta las locuras que se están pagando por ciertas promos japonesas impresas hasta la saciedad y que todavía están por corregir en precio…

Es cierto que la demanda ha subido, que Pokémon como franquicia está más fuerte que nunca y que jamás ha habido tanta gente coleccionando el TCG como la hay ahora.

El problema es que ya nada es realmente escaso y, además, prácticamente todo se guarda impoluto (por lo que también se pierde la rareza condicional). El interés por el juego es solo de una minoría y las cartas ya no se deterioran ni se pierden. Ahora las cartas se hacen para ser coleccionadas y esto tiene sus consecuencias.

Hay gente que parece atesorar cartas como Moonbreon de Evolving Skies, con la esperanza de que quizá le pagará una casa el día de mañana, comparándolo con Charizard 1st de Base Set. Sin quizá pensar en que existen cerca de 100.000 en inglés, y otras decenas de miles en otros idiomas, y que, además, es facilísimo de gradear en PSA 10, con un POP casi cinco veces superior (7700+) al que tiene en PSA 9.

PSA POP Report de Moonbreon

De lo que no se da cuenta, es de que una carta con esas características en cuanto a cantidad de impresión, disponibilidad y condición, es un activo de alto riesgo. Ya que, pese a que ahora la demanda para ella existe y mantiene su precio arriba, esta demanda cambia constantemente.

Y cuando esta se desvía a “lo nuevo y más brillante”, estos activos pueden sufrir mucho al tener la capacidad de inundar el mercado si fuese necesario.

Y si todavía te cuesta verlo con cartas tan recientes como las de Evolving Skies, fíjate en cartas como el Pikachu VMax Rainbow de Vivid Voltage o Charizard GX de Hidden Fates, antes en boca de todos y ahora en la de nadie, cayendo en el olvido poco a poco (junto a su precio).

¿Puede haber excepciones y que ciertas de estas cartas mantengan una alta demanda con el paso del tiempo? Es posible. Es más, precisamente Moonbreon podría ser una de ellas. Podemos ver como, pese a que ya no es la primera carta que ahora le viene a la gente a la cabeza, como pasaba hace 6 o 7 meses, mantiene un precio relativamente estable (incluso siendo una carta de la que siempre puedes encontrar copias a la venta). Veremos como la trata el paso del tiempo…

Pero así como hace menos de un año todo era Moonbreon, ahora lo son las Lillies, Ponchos, Marios y Tag Teams… cada cosa va reemplazando a otra en cuanto a atención y demanda, y pocas cartas con estas características son las que pasan la prueba del tiempo.

Ejemplos aparte, y sin intención de que este artículo acabe convirtiéndose en uno de temática especulativa, creo que me he hecho entender en cuanto a la diferencia entre las cartas con coleccionabilidad orgánica y las de escasez producidas en masa.

¿Hacía dónde va Pokémon TCG?

Creo que una vez entras en la fase de fabricar “escasez producida en masa”, solo hay un camino posible: seguir hacia delante.

No hay forma de recuperar la coleccionabilidad orgánica en un hobby que ya ha mutado, y estoy seguro de que acabarán apareciendo cartas serializadas y herramientas de márketing del estilo.

Sea como fuere, lo realmente importante es que entiendas estos conceptos para no coleccionar bajo premisas erróneas, que difunden las empresas y personas que se lucran de hacerlo.

Si, una vez entendido estos dos conceptos y características de los coleccionables, eliges coleccionar los segundos, perfecto. Porque de eso se trata, de coleccionar lo que te gusta. 

Solo espero que ahora, por lo menos, puedas establecer expectativas económicas realistas hacia ellos (si es que eso te importa en absoluto), y, sobre todo, desarrollar un ojo más crítico en cuanto a discernir que coleccionables realmente atesoran más valor (no confundir con precio) que otros.

Pero, sobre todo, ya sabes… ¡Disfruta coleccionando!

Un abrazo,

Cross

PD.: Si todavía no has descargado la Guía «Cómo coleccionar Pokémon TCG», que te será de utilidad si acabas de empezar o si ya llevas algún tiempo en ello, hazlo desde AQUÍ.

PD. 2:Por si lo prefieres, aquí tienes el contenido adaptado en formato podcast, te lo dejo con acceso a YouTube o Spotify:

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